sábado, 30 de marzo de 2024

DOMINÓ

Mi padre (84 años) está ingresado en una residencia geriátrica. Empezó, durante unos meses, a solo estar medio día, pero llegó un momento que hasta ese otro medio día que tenía que pasar en casa se convirtió en una carga demasiado pesada, o al menos así nos pareció, para los que teníamos que cuidarlo. Solicitamos al centro un paso a jornada completa que no sería inmediato (lista de espera) y pasaron menos meses de los esperados hasta que nos avisaron que se daba la posibilidad de poder tener una plaza de jornada completa. Nos alegramos y ahora vamos cada día a verlo porque nos sentimos un poco culpables. 

Él está de ≪puta madre≫ como siempre dice cuando se le pregunta. Mi padre está de ≪puta madre≫ desde que tengo uso de razón y es una de las cosas que más le envidio, yo que soy un llorón, quejumbroso, plañidero... yo que me quejo con la misma naturalidad con la que estornudo, yo que a todas mis quejas les veo siempre un sentido y que no lo paso demasiado mal cuando me dicen ≪te estas siempre quejando≫ ni me importa que, por mis quejas, caiga mal a pesar de que me quejo de una manera original y nada cansina; he pensado muchas veces que quejándome gasto demasiada energía pero tampoco tengo claro en qué podría emplear con más provecho esa presunta energía que gasto en demasía cuando me quejo (¿en escribir más? pero, ¿no es escribir una forma de quejarse?). En todo caso, una cosa no quita la otra y envidio a mi padre por no haberle oído una queja en mi vida más allá de ≪está soso, está salado, está frío, está caliente≫, porque la queja lo que tiene es que es muy estresante.  

La posibilidad que se daba de poder tener una plaza de jornada completa fue más rápida de lo ≪normal porque nos dijeron 一literalmenteque tenían un ≪hueco≫ (alguien que pasa a ocupar un hueco provoca a la vez un hueco, pensé). Lo que no nos dijeron es que el hueco se daba en una planta donde están los residentes en peor estado, así que el hombre vive rodeado de señoras/es que:  gritan, lloran, patalean, babean, murmullan en arameo, llaman a sus madres, hacen muecas, insultan al aire, te miran fijamente confundiéndote con alguien muerto...aunque también puedo decir que creo que hay algunos/as que en su limbo parece que viven con mucha paz. 

No sería la planta que le tocaría por su estado (demencia senil pero muy llevadera), pero este pequeño detalle no nos lo explicaron cuando nos comentaron la posibilidad del paso a jornada completa y dijimos sí sin más, contentos porque no habían pasado demasiados meses desde que hicimos la petición. Al decir sí sin saber (un sí a ciegas, un sí con sorpresa) ya no hay vuelta atrás: tiene que estar en esa plaza hasta que se dé la opción/hueco de poder trasladarlo a otra planta más afín a su estado; al decir que sí tan contentos, perdimos la plaza de medio día y era aceptarlo o volver con él a casa lo cual se planteó, la verdad es que se planteó, pero no estuvimos seguros de nuestras fuerzas, así que se planteó muy poco. Esta mala comunicación con el centro provocó cierto enfado los primeros días, pero conforme pasan los días, como el de ≪puta madre≫ que nos dice continúa invariable ya no nos acordamos demasiado de que estamos o estuvimos enfadados con los gestores del centro por no contarnos todas las variables (cómo si alguien contara alguna vez todas las variables). 

 

A pesar de todo lo que le rodea el hombre parece inmune, no parece darse cuenta del ambiente desasosegante en el que vive: se sienta en su silla reclinable de la sala común y mira la tele, o mira simplemente las escenas que se viven a su alrededor sin, aparentemente, verse afectado por ellas. En esa silla nos lo encontramos cuando vamos al centro y nos recibe con una sonrisa y preparando el de ≪puta madre≫ cuando le preguntamos cómo está. Me gusta pensar que la demencia no es la que provoca ese alejamiento de su realidad más cercana, sino que es su carácter, ese carácter que envidio, esa forma de encararlo todo que en él es pura espontaneidad y que el problema es sólo mío por tener esta percepción tan típica en mí de que todo, o casi todo, es una mierda (¡quéjate y te sacamos de aquí papa!, ¡quéjate por favor!, pero no se queja, nunca se queja). 

Se levanta de la silla y nos escapamos al pequeño bar del centro a jugar al dominó. Tiene obsesión con el dominó. 



Los neurólogos nunca nos han hablado directamente de Alzheimer, sino de  demencia, yo intuyo que hay una diferencia y les pregunto por ella pero no me lo acaban de aclarar, me miran como diciendo: ≪ ¿qué más te da?, tiene 84 años ≫. En internet miro y no me entero demasiado tampoco y todo porque quizás decir  Alzheimer es una moda que no pasa de moda; todo el mundo dice hoy en día Alzheimer, aunque no sepa escribir la palabra, nadie dice demencia cuando se refiere a los mayores y se ha dejado de decir gagá que puede que sonará muy despectivo. Alzheimer también tiene una variante que utilizan los ingeniosos: hay quién dice ≪el alemán≫. En todo caso, cuando algún conocido me pregunta por mi padre y yo les explico de una manera apresurada, casi siempre acaban pronunciando la palabra Alzheimer, como si fueran unos expertos en neurología, pero yo les corto tajante, les digo que Alzheimer NO, que tiene demencia. Quizás si el neuropsiquiatra descubridor de esta enfermedad mental no hubiese sido germanohablante y hubiese sido italiano, por ejemplo, la sonoridad de la palabra hubiese sido otra y, quizás, no me importaría tanto utilizar su nombre: 

Pues, sí, allí está ingresado el hombre, con su Mancini. Pero está bien, come bien, duerme bien, defeca bien...





Lo más jodido que ha dejado de hacer mi padre y que antes hacía, es preocuparse de su higiene: el agua se ha convertido para él en vertidos residuales de central nuclear. Cualquier cosa que le suponga la más mínima molestia (en su aspecto, en su forma de comportarse...) la obvia directamente y por eso necesita a alquien que esté pendiente. Me ha costado acostumbrarme a esta manera de ser provocada por las enfermedad, aunque me he dado cuenta que hay momentos en que lo subestimo: hace unos cuantos meses, cuando todavía iba al centro a media jornada y yo lo acompañaba en el trayecto al centro (unos 5 minutos a velocidad normal, entre 20 y 25 a su velocidad) no podía evitar pedirte un cigarro. Para nada le conviene fumar, tiene sólo un pulmón, pero era muy difícil negárselo y acababas pensando que a estas alturas no había nada que perder, y le dabas un puto cigarro que, muchas veces, le sentaba fatal, se mareaba. Dejé de darle cigarros, pero se las arregló para pedir cigarros a otros residentes parciales a los que veía fumar. Una tarde al ir a recogerlo una trabajadora me cogió en un aparte y me explicó que esa mañana había liado un pequeño altercado porque una persona a la que le había pedido un cigarro se había negado a darle y mi padre le gritó. Fue una conversación muy breve pero provocó que cuando nos encaminábamos para casa me preguntará: ≪ ¿qué te ha explicado esa?≫ a lo que yo le respondí, ≪nada, papa, que me ha dicho que esta mañana te has enfadado con esa señora que te da cigarros porque no te ha querido dar≫, ≪si no me quiere dar un cigarro que me lo diga, pero que no me engañe y que me diga que no tiene cuando le he visto el paquete lleno, que yo no estoy tonto≫.

Mi padre es una persona muy hermética; no un hermético en el sentido de huraño, o hosco, sino que es afable la mayoría de las veces pero bastante impenetrable: nunca cuenta nada de lo que le pueda pasar por la cabeza, y a mí me confunde, quizás es así porque realmente no tiene nada que contar (lo cual dicho así puede sonar muy despectivo, y me jode porque lo quiero), o no tiene necesidad de contar nada, o tiene cosas que contar pero no sabe cómo hacerlo. Recuerdo cuando se jubiló que su carácter cambió ligeramente, lo veía más triste. Leí en su momento cosas y se ve que es algo totalmente normal con las jubilaciones: hay personas que no saben encarar el impacto emocional que supone la jubilación. Intenté hablar con él, le pregunté, y él siempre con el ≪estoy bien≫, y otro gran clásico suyo muy a tener en cuenta ≪no me duele nada≫, como si los dolores solo pudieran ser físicos. 

Nunca he sabido qué piensa realmente de la mayoría de cosas, de política, por ejemplo (sólo sé que en su día votó a Felipe González, aunque no creo que eso, visto en perspectiva, sea significativo de inclinación política a día de hoy), tampoco le he preguntado ni hablamos de ello porque creo que para él no es algo importante y, directamente, por lógica, no ve necesario opinar de lo que no le preocupa ni quiere entender. Esta actitud me ha dado un cierto miedo, porque estoy harto de ver y oír a personas renegar de los políticos diciendo que todos son iguales de ladrones y sinvergüenzas cuando en el fondo están ocultando inclinaciones políticas más bien derechonas, pero creo que puedo estar tranquilo con mi padre: hará poco más de un año, antes de entrar en el centro de día, recuerdo que nos tomábamos un cortado en un bar;  el mío, el nuestro, es un barrio obrero (de emigrantes andaluces, gallegos y extremeños en los cincuenta) del extrarradio de Barcelona en el que el auge de la extrema derecha ha sido bastante marcado. En aquel bar nos encontramos con unos Neardentales de bar hablando de la inutilidad de los políticos pero, cómo no,  finalmente despotricando contra las ≪pagas y ayudas≫ que les dan a los de ≪afuera≫. Ni mi padre ni yo participamos en la conversación de mierda que se generó, pero al salir quise comentarlo con mi padre, ≪ ¿has escuchado papa lo que decían esos de los emigrantes?, ¿tú que piensas?≫, lo que pensaba no me lo dijo, como esperaba, seguramente porque no piensa nada sobre ello, pero me bastó su contundente ≪ese es un gilipollas, no ves que está todo el día en el bar metido≫ para quedarme tranquilo.

Nunca le he conocido una afición; nunca ha tenido grandes amigos, saluda a gente del barrio pero nada más allá; es poco amigo de reuniones familiares, si se tienen que hacer se hacen si no, ni las pide ni creo que las eche de menos; demuestra cariño a su manera torpísima, pero palpable; creo que siempre ha optado por la tranquilidad absoluta de lo básico: dormir bien y comer bien; creo que no es que odie a la gente, pero sabe que hay demasiada gente imbécil. Creo que a pesar de su aparente simplismo, mi padre sigue siendo un enigma para mí y eso me gusta: nunca le ha pasado nada lo suficientemente grave para ser infeliz, pero creo que nunca ha sido feliz del modo en el que se supone que hay que serlo o, mejor dicho, nunca ha tenido la necesidad de ser feliz, porque no le ha pasado nunca nada que evite que esté tranquilo y, en muchos momentos, contento. No recuerdo que me haya dado consejos nunca; sí me ha animado a estudiar, aunque no creo que tenga muy claro las cosas que he estudiado. Se ha preocupado por mí y me ha llevado Tuppers de comida cuando vivía lejos del barrio y ha conducido 12 horas seguidas muchos veranos para ir al pueblo.

Siempre que voy a verlo jugamos al dominó. Juega al dominó con cualquiera que vaya a verlo. Es él quien incita a jugar, nunca lo hemos propuesto nosotros y la verdad es que nos pareció bien, porque entendíamos que podía estimularlo cognitivamente en su justa medida, sin ser, de entrada, un juego demasiado exigente. En casa con mis padres recuerdo haber jugado al parchís, a la oca...pero no recuerdo demasiado el dominó. Tampoco mi padre ha sido un hombre de bar de partidas de cartas o dominó, o sea que realmente no tengo recuerdos de verlo jugar al dominó hasta ahora, pero, ¿quién sabe?, porque nunca cuenta nada... Yo he jugado poco al dominó, es evidente que sabía jugar porque todo el mundo sabe jugar al dominó, pero ahora no consigo recordar, aparte de mi padre, con quien he jugado yo al dominó. Teniendo en cuenta su estado comenzé a jugar con él con bastante cautela, incluso con la idea de dejarlo ganar de alguna manera si veía que la cosa era un total desastre. Concebía el dominó como un juego sin demasiado secreto: si tienes para poner pones si no robas, pero despues de algunos meses de partidas mis conclusiones son:

  • Eso de dejarle ganar y ¡una mierda!. En ningún momento durante estos meses ha cometido ningún error, ningún despiste. Es un jodido lince; cuando tiene varias opciones busca siempre cual es la ficha que es mejor poner y le encanta, disfruta cuando te obliga a pasar dejando solo una opción de jugar ficha:

  • Disfruta cuando te ves obligado a robar fichas porque no tienes para poner y vas cogiendo ficha tras ficha, se parte de risa y te dice si vas a hacer ≪un piano≫; sin embargo, cuando coge él tienes que estar muy muy pendiente, porque las mira y si no es la que necesita la vuelve a dejar sin cogerla, haciendose el despitado, haciendose la persona con demencia(ahora lo sé, al principio de jugar le dejé unas cuantas veces pero ahora ni pensarlo...)

  • Cuenta las fichas: tiene muy presente las fichas que le tocan y juega constantemente a hacerte pasar con las fichas del valor que más tenga, ademas de tener muy presente las fichas que hay ya puestas encima de la mesa: sabe perfectamente cuantas fichas faltan para cerrar su valor.

  • Cuando juega al dominó mi padre es cuando más habla: recuerda viejas vivencias, recuerda a antiguos conocidos o a familiares que ya no están o hace mucho que no ve; explica anécdotas y ríe. Al principio me llamó la atención que precisamente hiciera esto cuando juega al dominó, pensé que únicamente lo hacía porque jugar al dominó lo pone contento,  pero con el paso del tiempo creo que es una táctica para distraerme del juego porque yo, desacostumbrado a verlo actuar así, le prestó muchísima atención.

  • Le pidió a mi madre 10€ hará unos meses porque según él hay que jugarse algo y nos jugamos el cortado o lo que sea que nos tomamos con la partida. A día de hoy le quedan 7,35€.

Me gustaría decir que hay una federación española de dominó, una federación catalana que hacen torneos autonómicos y estatales y hay una federación Internacional de dominó y un campeonato mundial. Si mi padre hubiese sido más social quién sabe... 



Sigo pasándolo un poco mal cuando voy a ver a mi padre porque, como he dicho, algunas veces el panorama no es agradable, pero rápido bajamos a jugar al dominó y no me cansó después de muchos meses, ni me aburro, ni lo enfoco como una obligación: solos él y yo y las fichas que nos han ayudado a unirnos más, es un momento único. 


jueves, 7 de diciembre de 2023

EXHIBICIONISMO DE NADERíAS I

¡¡NUEVA SECCIÓN!!, el título está tomado de una frase del escritor Vicente Luis Mora en su Blog


Intento coger el metro la menor cantidad posible de veces, aunque viviendo en una ciudad con metro no cogerlo nunca es algo casi imposible porque la verdad es que útil sí que es. El motivo principal de por qué intento no coger el metro, creo que no tendría que explicarlo para quién coge el metro cada día, pero sí, quizás sería necesaria una explicación para otras personas que no tienen metro en su ciudad (el autobús no es lo mismo), o para aquellas que lo cogen a diario por la inercia que provoca la obligación, como un acto reflejo, y que, aparentemente, no tienen las sensaciones que yo tengo cuando cojo el metro. En todo caso, no voy a explicar nada más del porqué intento coger el metro la menor cantidad posible de veces, solo escribo esto a modo introductorio de esta nadería:

Cada vez que, puntualmente, cojo el metro de mi ciudad, en muchas estaciones veo el mismo cartel. Es un cartel que aguanta muchos años invariable en su diseño y presencia (el mismo niño triste, siempre el mismo niño triste, presumiblemente enfermo). El paso del tiempo hace mella en estos carteles y se les ve sucios, aunque hay algunos destrozos que no acabo de comprender: en el cartel de la foto, que no está en el andén ni en otras zonas de paso sino en plena vía, ¿cómo tiene esas rasgaduras el papel en la nariz del niño?, el metro en ningún momento roza con el cartel a su paso; entiendo que el papel del cartel se despegue con el tiempo, pero lo de la nariz del niño y lo que hay debajo del número del Bizum son auténticas rasgaduras: ¿hay personas que bajan del andén a la vía para acceder al cartel y joderlo?. No hay otra explicación. 







Y quienes bajan a la vía (imagino tiempos de espera del siguiente metro de más de cinco minutos 一como mínimo y mucha estupidez o euforia alcohólica de sábado noche) no solo joden algunos carteles del niño triste y, presumiblemente, enfermo, sino que además pintan sus cositas. En la misma foto, observo al lado del código QR lo que es un símbolo, un pictograma (no sé cómo llamarlo), y debajo lo que parece una marca de una mano (izquierda):



Me suena mucho ese símbolo, primero pienso en el logo del grupo alemán Einstürzende Neubauten, pero no, no es exactamente lo mismo:




Yo sólo quería escribir sobre el niño del cartel, hice fotos para escribir sobre el niño del cartel cuya misma carita de pena y sufrimiento me es tan familiar desde hace tantos años, pero hasta las naderías parecen llevar implícito el efecto tan mundano de la complicación y no puedo dejar pasar intentar averiguar qué es ese símbolo en el que no había reparado hasta que he visto la foto.

A la figura le veo una cierta apariencia humana, así que tiro del hilo del antropomorfismo y empiezo a ver decenas de cosas:

Motivos antropomorfos con rasgos sexuados masculinos en el arte rupestre del occidente de Córdoba (Argentina). Son muy similares pero faltaría la línea central que asocio, quizás estúpidamente, a los brazos:


Antropomorfo del barranco de Balos (Gran Canaria), este tiene brazos, pero no me convence porque lleva lanza:



Se me acumulan los símbolos, leo bastante y voy cayendo en un mundo muy loco, hasta el punto de olvidar mi símbolo en concreto. Dejo de escribir algunos días por falta de tiempo, aunque, como siempre que no escribo, no dejo de pensar en escribir y se me ocurre crear un dibujo de mi símbolo con un editor de imágenes y arrastrar la imagen a Google Imágenes y los resultados son algo diferentes del rollo del antropomorfismo:

Resulta que el símbolo puede tratarse de una letra (Yazz, sonido Z gutural) del alfabeto Tifinag, un alfabeto consonántico (un alfabeto de solo consonantes, las vocales son implícitamente dictadas por la fonología: el lector tiene que conocer la lengua para establecer todas las vocales) que se utiliza para transcribir varias lenguas bereberes. 



La escritura de la que procede el Tifinag (el alfabeto líbico-berber) se extendió por todo el norte de África e incluso las islas canarias hasta el s.III d.C que se perdió en todos los territorios bererófonos siendo mantenido sólo por los tuareg para transcribir su idioma: el tamasheq. A finales del s.XX varias instituciones culturales bereberes han recuperado y reformado el Tifinag, creando así el Neotifinag que incluye signos para las vocales y se usa en algunas escuelas primarias marroquíes para enseñar el idioma bereber a niños. 






Todo esto está muy bien, es muy interesante, pero ¿qué pinta un símbolo de letra de un alfabeto bereber en mi cartel del metro?, ¿qué significado hay más allá? Podría entender el significado si el símbolo hubiese sido exacto al de la bandera bererer (o Amazig):




En el centro de la bandera también hay una letra del alfabeto NeoTifinag, también una Yazz (sonido Z pero no gutural) que es también el símbolo de la lengua y cultura Amazig, y que se utiliza como una reivindicación del pueblo bereber, simbolizando el ≪ hombre libre . Hubiera tenido todo el sentido del mundo que ese hubiese sido mi símbolo, que alguien hubiese querido revindicar al pueblo bereber pintando el símbolo en el cartel más conocido y antiguo del metro de Barcelona, pero no, ya dije que la nadería se complica, porque es evidente, que aunque pueda guardar relación y similitudes, no es el mismo símbolo, faltaría la raya horizontal que atraviesa el centro de la raya vertical (o sea, lo que yo creo, quizás estúpidamente, que son los brazos). 

Más resultados del Google Imágenes me llevan al logo de la Universidad Tecnológica Nacional de Tucumán (Argentina):




Me vuelvo absolutamente loco buscando el significado del símbolo de la Universidad, aunque el poder de la absoluta nadería ya me tiene absorbido. Me planteo si es un tipo de nadería que ya roza lo ridículo hasta para cualquier amante de las naderías pero no puedo parar. Finalmente encuentro esto:


Osea que es un símbolo creado artificialmente, mezcla de diversos signos e inútil para explicar el posible significado de lo que aparece en mi cartel del metro.

Otro resultado de Google imágenes me lleva a un perfil de X (Twitter):



El símbolo y el nombre del perfil (bere.eth) me hace volver a lo del alfabeto bereber, pero ya todo está fuera de control porque por cosas que leo en el perfil llego a la figura de un pseudohistoriador de los ochenta llamado Alexandre Eleazar, autor de un libro titulado  Los Bere ≫ (1985) y en este punto la nadería ya demuestra todo su poder y esplendor, toda la máxima expresión de su potencia devastadora.  





Este tipo utilizando el vasco antiguo, pudo descifrar los textos iberos, una escritura de la se conocen las palabras y su fonética pero, hasta que llegó Eleazar, se desconocía su significado. Asimismo, tras años de viajes e investigación con textos de museos y, sobre todo manuscritos de colecciones particulares, logra traducir correctamente el griego arcaico (todas las traducciones anteriores, Eleazar las considera fallidas), el etrusco, inscripciones egipcias, escritura cuneiforme y árabe. A partir de eso Eleazar determina que la historia tradicional del mundo antiguo ha sido incapaz de arrojar luz sobre la penumbra de los 5.000 años anteriores a Cristo y comienza a reescribir la historia en base a sus nuevas traducciones. Toda la historia antigua que reinventa Eleazar en ese libro y otros, deja a Tolkien a la altura de un cuenta cuentos de biblioteca pública.


Me va ser muy difícil resumir (solo el libro mencionado tiene más de 700 páginas, además de innumerables canales en Youtube, Telegram, Podcasts, Blogs, grupos de Facebook (La Gole)... de sus seguidores, porque sí, tiene fieles seguidores), pero para empezar diré que todas las lenguas mencionadas proceden de un UNICO lenguaje ancestral, el ELENGOA, del cual proceden todas las lenguas antiguas y las actuales (el Euskera es la única lengua actual que todavía tiene palabras elengoas).

A través de todos los textos que Eleazar estudia por primera vez ≪correctamente≫ reinventa un pasado en el que los beres son unos seres (al loro¡¡¡¡ habla de seres, no de civilización ni pueblo) que:


≪Tanto el hombre blanco como el de la raza amarilla no son originarios de esta Tierra sino que vinieron en naves interestelares de otros Globos terrestres. Los de raza amarilla (los PALE o PAIOS) llegaron hace aproximadamente 17.000 años. Los de raza blanca (los EDU o BERE) lo hicieron hace 12.900 años.

Que los Hechos de María e Iezus eran muy anteriores al Cristianismo y antes del advenimiento de dicha Religión y de la Musulmana actual se creía solamente en Dios Creador o Dios Padre (los Paios), en Dios Todopoderoso y en Dios Be (los Bere) y en ningún momento los pueblos antiguos se refirieron a otros Dioses, tal como se pretende ahora.

Que la mayor parte de los acontecimientos citados en los libros de Historia o no tuvieron nunca lugar o han sido completamente tergiversados.

Que nadie antes de mí pudo descifrar correctamente los textos Íberos, Etruscos, los jeroglíficos egipcios, los de Creta u otros lugares ni la escritura cuneiforme, siendo buena prueba de ello las cuantiosas informaciones facilitadas por aquellas inscripciones que hubieran sido aprovechadas por una infinidad de aventureros, políticos y saqueadores.


Que la traducción oficial de la mal llamada escritura Griega no es correcta.

Joder, me descargo en pdf su libro y no paro de alucinar:




La única raza originaría de la tierra son la gente negra, los Niger:

Antes de aparecer los Niger no existía ninguna vida humana, humanoide o simiesca en este Globo Terrestre y los negros, antropoides y monos no son el resultado de ninguna evolución ya que todos los humanos y animales han sido creados en unos instantes, tal como son ahora. La evolución humana o animal por sí sola es imposible bajo ninguna circunstancia. Sólo Dios puede modificar los
seres vivos, destruirlos o crear otros nuevos, según tamaños, formas y funciones que desee.


≪La Bibele (o camino de los Bere) es la verdadera Biblia, la verdadera historia de los Bere, o Be, la raza blanca. Esta verdadera Biblia original la escribe Iezus (el Jesús de verdad, no el de Nazaret). Cuando llegaron los hombres blancos a la tierra hace 12.900 años, los tripulantes de la nave se adecuaban al tamaño del planeta, en este caso a la tierra le tocaron tres mujeres y un hombre, pero en el viaje tuvieron un accidente que provocó que el hombre se quedara paralítico, pero las tres mujeres (Mistatu, Margorite y Martha, a las tres se las conoce como Marías que quiere decir cosmonauta) sacaron el semen del hombre que metieron en un huevo conservador≫. Dieron siete vueltas a la tierra antes de decidirse aterrizar cerca en Mexico. Con el semen rescatado, en un objeto en forma de concha realizan una fecundación artificial y nacería el primer Bere nacido en la tierra, Bebe (primera reencarnación del Dios Be); los Paios nativos que llegaron a la tierra 5.000 años antes que los Bere, lo llaman Iezus (que quiere decir creado sin sexo macho) y escribe ≪La Bibele(el camino de los Bere) y que se pierde con el paso de los siglos por Damasco y la Meca; Eleazar recupera el texto y lo comenta y explica el origen de los Beres en su planeta primigenio.

Los Paios llegaron primero a la tierra, más de 5.000 años antes que los Bere, y eran más rudimentarios y menos civilizados que estos últimos, de hecho, los Paios sí que se mezclan con la raza autóctona de la tierra, los niger o negros, pero los Bere tuvieron claro desde el principio que nunca se mezclarían con otras razas. Los Beres y los Paios cuando coinciden en la tierra se llevan a matar y todos los imperios que se crean y las guerras que hacen entre ellos son las que provocan confusiones con la historia tradicional, la que siempre nos han contado: las civilizaciones mesopotámicas, egipcia, griega, persa... son realmente Paios y Beres normalmente en guerra. El Alejandro Magno de la historia tradicional era Alexandre Magono, la segunda reencarnación del Dios Be, miles de años después de Iezus, y es quién consigue derrotar al imperio Paio, que desde la muerte de Iezus se hizo con el control de toda la tierra. Alexandre crea el imperio de la Gole o Aragon, ¡atención¡ Aragon sin acento porque:






O sea, Aragon es la tierra de Dios, puede que por eso, en 1994 Eleazar ganó adeptos en esa comunidad autónoma dando una serie de conferencias en las que habla de un imperio antiguo que abarcaría buena parte del Aragón actual y llegaría hasta Siberia. 

Es muy importante y lo vuelvo a remarcar, para seguir a Eleazar, tener claro que la historia antigua que nos han contado está totalmente tergiversada, cuando no es directamente mentira,  porque es en realidad la historia de los Bere y los Paios y todas sus sub-razas. Es por eso que las formas artísticas tienen tantas similitudes a pesar de la distancia. 



Y ¿quién es la tercera reencarnación del Dios Be?, pues ni más ni menos que Alexandre Romanov, conocido como Alexandre Eleazar, y es Romanov porque Eleazar afirma ser hijo de la gran duquesa de Rusia, Tatiana Nikoláyevna, la segunda hija de Nicolás II, el último zar, y asesinada por los bolcheviques junto a toda su familia el 17 de julio de 1918, aunque Eleazar insiste en que Tatiana consiguió sobrevivir y escapar del palacio real de Ekaterimburgo en un camión junto con los cadáveres de su familia. Los Romanov, son descendientes directos de los primeros Bere, por tanto Eleazar, como Romanov, es reencarnación directa del Dios Be. Un ex miembro de la guardia real de los Romanov ayuda a Tatiana a huir de Rusia hacia Oriente Medio. En mayo de 1919 llega a Beirut y de allí en taxi a Damasco dónde es ayudada por el emir Fáysal Ibn Husáyn, un noble del antiguo linaje hachemí y que sería el padre de Eleazar  que nace en Damasco el 22 de diciembre de 1920. 

Bailan las fechas entre lo que explica Eleazar en su biografía (sí, escribió también una autobiografía llamada ≪Operation Aliss≫) y los sucesos reales de un personaje real como su presunto padre Fáysal, líder del breve reino árabe de Siria, antes de que lo traicionaran los británicos y la zona se convirtiera en un protectorado francés, pero, llegados hasta aquí, leído lo leído, me importan un bledo esas pequeñas incongruencias, la cosa es que Tatiana, Fáysal y el pequeño Eleazar son expulsados de Siria y tienen que viajar a Italia pidiendo asilo en varias embajadas que les es negado. A mediados de 1922 Tatiana y Fáysal entregan a su hijo a una familia española residente en  Alais (Francia) llamados Juan Pedro Rodellas y Francisca Lorenza Mendez, a cambio de una gran suma de dinero por ocultar su identidad y tomar los apellidos de los padres ≪adoptivos≫. Tatiana es finalmente asesinada en 1926 por los mismos bolcheviques, y Faysal muere envenenado en septiembre de 1933 en Berna (Suiza) cuando iba a Francia a reencontrarse con su hijo Alexandre. Insisto, me importa poco a estas alturas,  que la ≪historia oficial≫ explique, que Fáysal, despues de ciertamente tener que huir de Siria, finalmente se convirtiera en rey titere del Irak creado artificialmente como un  protectorado británico en 1921, como también poco me importa que Fáysal tuviera una mujer oficial desde 1904: Huzaima bint Nasser con la que tuvo tres hijas y un hijo, Gazi I futuro rey de Irak desde 1933 a la muerte de Fáysal.

Eleazar tiene 20 años cuando estalla la II Guerra Mundial. El 9 de julio del 41 es acusado de comunista, encarcelado en Marsella, y luego en el campo de Vernet en los Pirineos franceses hasta que el 22 de mayo de 1943 oficiales nazis lo sacan del campo y lo llevan en presencia del propio Adolf Hitler en su Nido de Águila en Berchtesgaden. Los nazis tenían un plan para restituir la monarquía en Rusia con un zar títere y servil a la causa nacionalsocialista, pero Eleazar no está dispuesto a aceptar el ofrecimiento que, según él, llega demasiado tarde: le explica a Hitler que lo hubiese aceptado antes, en 1941, cuando el pueblo ruso podría haber visto el gesto del Fürher como el de un amigo que buscaba volver a una Gran Rusia sin comunismo, pero ahora sería visto como un gesto más de un conquistador. Hay que remarcar que Eleazar no tenía ni idea de hablar alemán hasta que tuvo la conversación con Hitler, pero sólo en el momento en que tuvo que hablar con el mismísimo Fürher, con nadie más y nunca más habló ni entendió una palabra de alemán.   

Eleazar vuelve al campo de concentración de Vernet, hasta el 27 de marzo de 1944 cuando es repatriado a España por sus apellidos españoles. Se hace carpintero y se casa en 1948 con Lucia Picola, nacida en  Sant Joan de les Abadesses (Girona) y tienen tres hijos: George (1949), Michel (1954) y Henri (1955). En 1957 la familia se marcha a Río de Janeiro dónde se empieza a interesar por la arqueología. En 1965 vuelven a España, a Barcelona y allí es dónde empieza con el tema de la traducción correcta de escrituras antiguas empezando con el ibero. Eleazar se pasa dos décadas traduciendo y viajando para consultar textos hasta que en noviembre de 1984 termina de escribir su gran obra:  Los Bere que publica en 1985. En 1990 publica su autobiografía y en 1994 es cuando da las conferencias en Zaragoza que ya he mencionado y la prensa se hace eco:





Eleazar tenía varios libros proyectados pero nunca los vio publicados ya que falleció en diciembre del 2004. Sus colaboradores y, sobre todo, su hijo Michel Rodellas como ≪continuador≫ de la obra de su padre publicaran en 2018  Los Paios y la primera parte de  La Bibele . A partir de estas publicaciones, entre los seguidores de Eleazar se inicia un encarnizado debate en cuanto a qué partes de estos libros podrían ser realmente escritos de Eleazar y cuales INVENTADOS. El único hijo de Eleazar que parece valorar los esfuerzos de su padre por arrojar verdadera luz Bere sobre la historia del mundo es Michel Rodellas. De hecho Michel se prejubiló en 2015 (era arquitecto técnico) y volvió a la casa familiar de Sant Joan de les Abadesses dónde ordenó los escritos de su padre y escribió esos dos libros, no bajo su nombre sino indicando claramente que son libros basados en las investigaciones realizadas por Alexandre Eleazar. Michel da entrevistas, atiende a los seguidores (sobre todo en Sudámerica dónde están los seguidores más numerosos), vende los nuevos libros y el stock de existencias que todavía queda de  Los Bere . Aquí hay dos entrevistas en una televisión local:




Vale, ya voy acabando pero antes, como colofón, tengo que aclarar el por qué Eleazar nunca explicó en detalle el sistema, fundamentos y documentación utilizada para llegar a sus maravillosas conclusiones. El motivo es que (perdonad las mayúsculas pero creo que se necesitan): ELEAZAR PRETENDÍA LEVANTAR POLÉMICA PARA QUE LOS ESPECIALISTAS EN EL MUNDO IBERO Y EN EL MUNDO ANTIGUO EN GENERAL LO PUSIERAN EN DUDA Y LO DESACREDITARAN, LO QUE MOTIVARÍA QUE ELEAZAR PUDIERA HACER UNA GRAN CONFERENCIA PÚBLICA Y EXPONER TODOS LOS DETALLES DE SU METODOLOGÍA INVESTIGADORA, PERO SE IMPUSO UN VELO DE SILENCIO Y NINGÚN ESPECIALISTA SE DIGNÓ A HABLAR DE LAS TESIS DE ELEAZAR, NO HUBO NINGÚN DEBATE ACADÉMICO, NADIE REFUTÓ LO QUE ELEAZAR, CON TANTO ESFUERZO, HABÍA REGALADO A LA HUMANIDAD. Una pena la falta de tacto, se perdió una oportunidad única, pero dicen que nunca es tarde para una verdad más. 

El creador de uno de los innumerables canales de Youtube que expone el trabajo de Eleazar le hizo a su hijo Michel varias preguntas acerca de la figura de su padre:


Y su hijo Michel, muy amablemente, las respondió todas (ejemplo):




Evidentemente he olvidado totalmente mi símbolo en el cartel del metro. No he encontrado nada que lo asocie a Eleazar, más allá del perfil de Twitter de un seguidor. Es muy posible que se me haya pasado algo por alto en cuanto a simbología de lo que explica Eleazar pero creo que hay que cortar. Con la otra pintura, lo de la mano, no me he atrevido a meterme. 

Yo sólo quería escribir sobre el cartel del niño, presumiblemente, enfermo y cuya misma cara triste, desde hace muchos años, me parece similar a las caras de los desconocidos que se me cruzan por los pasillos y en los metros, pero la nadería que pretendía me ha ridiculizado y me ha hecho descubrir un personaje que, a simple vista, puede parecer grotesco, pero que ha tenido la capacidad, más que cualquier libro, serie o peli,  de tenerme abducido durante varios días (y podría hacerlo más días si me dejo). Prefiero a mil Alexandre Eleazar, con toda sus teorías inofensivamente maravillosas que a Javier Mileis, Trumps, Bolsonaros, Abascales, Melonis, instagramers o tik tokers... que también son personas (seguramente Paios) con teorías. Además, ahora, cuando, ocasionalmente, cojo el metro pienso, con esperanza,  en cuántos de esos desconocidos de caras tristes puedan guardar dentro un Eleazar: un carpintero que un día decidió que todo era mentira. 



PD1: Corroboro lo de muchísimos años del cartel del metro por una información que encuentro dónde siempre:

https://metropoliabierta.elespanol.com/el-pulso-de-la-ciudad/sanidad/fibrosis-quistica-una-enfermedad-de-la-que-solo-se-habla-en-el-metro_7166_102.html

«Este anuncio ha sido posible gracias a la labor de la Asociación Catalana de Fibrosis Quística. La historia se remonta al año 1988 cuando un grupo de familias de afectados decidió impulsar un frente común para encontrar recursos y soluciones a la enfermedad. Uno de ellos es Celestino Raya, que a día de hoy preside la asociación de Catalunya».


PD2: Creo que no voy a crear la sección nueva del Blog, porque, en definitiva, todo el Blog es un exhibicionismo de naderías.


PD3: ¿Mis oídos me engañan o escucho lo que escucho en las primeras palabras que pronuncia ET, el extraterrestre, en su nuevo hogar provisional de la Tierra?. 



miércoles, 2 de agosto de 2023

MODEHAUS

 Más de seis meses sin entradas en este mi humilde sumidero de cosas simples.

 Hace bastantes días que NO tengo excusa vital (de vida) para no escribir pero, joder, se juntan varios de mis lloriqueos:

1.La relajación tras un periodo ajetreado me hace agudizar mi tendencia a la absoluta vagancia pero, por otra parteel NO escribir algo sin tener excusa, hace que, cuando acaban algunos días, la mariposilla del estómago me avise: eres un mierda, para una cosa tuya, absolutamente tuya que tienes... 

2.A veces escribiendo por aquí, he tenido algún momento de victoria sobre mis dudas (¿qué sentido tiene?, ¿lo lee alguien?, y, si me leen ¿qué pensarán de mí?, ¿a quién coño le interesan estás mierdas?...) pero, por otra parte, al no escribir desde hace tiempo, he olvidado esos pequeños momentos de victoria y las dudas se muestran creciditas como un matón de colegio al que nunca se le rebotaba nadie y que votó a Vox las pasadas elecciones pensando que sus procesos mentales de ameba son de homínido tocado por el dedo de alguna deidad. 


La excusa vital (de vida): he estado absolutamente enfrascado en fijar mi ≪tranquilidad≫ laboral mediante un apasionante proceso de selección competitivo llamado concurso oposición. Seguramente no será la panacea de nada (he utilizado muchísimo durante mi vida el tema del trabajo como excusa number one para múltiples cosas, por ejemplo no escribir más seguido) pero llegado a una cierta edad ya no me apetece sentirme más como un colocador manual de lonchas de pechuga de pavo cocida en bandejitas, no sé si me explico.  





258 palabras creo que son suficientes como paja mental de inicio para fracasar justificando tantos meses sin escribir por aquí. Al fin y al cabo, nadie lo habrá echado de menos, ni siquiera yo de manera imperativa, aunque sí mariposeante.


Lo que peor he llevado durante la competición por mi ≪tranquilidad≫ laboral, no era tanto la incógnita del resultado final sino precisamente eso: la competición. Leo que la competividad es algo genético, pero yo me recuerdo siempre rehuyendo cualquier cosa que oliera a competición, soy un bonobo:


≪ Los investigadores entregaron a chimpancés (Pan troglodytes) y a bonobos (Pan paniscus) unas bolas de algodón humedecidas en dulces y caramelos. Después, recogieron muestras de saliva de los monos y midieron los niveles hormonales antes y después de que se les presentara una pila de comida a parejas de ejemplares de ambas especies.

Los científicos comprobaron que los machos de ambas especies que eran intolerantes y no querían compartir su comida con sus semejantes mostraban cambios hormonales al anticipar que tenían rivales por la comida. Sin embargo, la forma en que se incrementaron las hormonas fue distinta para los bonobos y para los chimpancés:

A los chimpancés les aumentó la testosterona, que prepara al animal para la lucha o la agresión. Por el contrario, los bonobos mostraron un incremento del cortisol, asociado al estrés y la pasividad.«Los chimpancés reaccionan a la competencia como si ésta fuera una amenaza a su estatus, en tanto que los bonobos lo hacen como si fuera una situación estresante», explica Victoria Wobber, de la Universidad de Harvard y autora principal de la investigación≫.

Durante los meses de «competición» no he podido leer, no pasaba del segundo párrafo de nada, incluso, en las cimas de la desesperación (lo siento, Cioran), lo he intentado con esto que me encontré en el banco de un parque:



No he disfrutado escuchando música, ningún género de música, ni siquiera del ser celestial (en este blog el ser celestial es J.S.Bach). Todo me agobiaba casi al instante, así que la ≪competición≫ por la tranquilidad laboral me tuvo sumido en un estado autómata en el que sólo entraban en mi cabeza los datos que necesitaba para competir y la incertidumbre del futuro si no conseguía clasificarme entre los primeros puestos.

Con la persona que ha escogido vivir conmigo, con el ánimo de desconectar un poco, fuimos a una exposición y descubrí este cuadro:



Feliu Elias, «La Galería» 1928. La mirada seria y melancólica del personaje del cuadro, pero a la vez de una profunda tranquilidad, me hicieron pensar que, quizás, en determinados momentos, en determinados estados de ánimo, mirar por ventanas era un maravilloso ejercicio: mirar la vida sin participar en ella. Empecé una pequeña obsesión: buscar cientos de cuadros o ilustraciones de personas que miran por ventanas o balcones:










Quise ser uno de ellos y aunque mil balconcito no da a la calle, podríamos decir que la vista es más que aceptable y pasan más cosas de las que parece: pájaros en continuo movimiento, perros que se pelean con otros perros cuando sus dueños los pasean en el pequeño espacio verde, observar fijamente algunas de las estatuas de Buda del patio de abajo y ver cómo le cambia el semblante según la hora del día (juro que es verdad) , buscar formas en las manchas de humedad del muro...




Todo muy bien hasta que te cansas, como siempre. La potencia devastadora de lo que tienes en la cabeza arrambla con todo. Aun así no me di por vencido y seguí con las ventanas, quizás no tanto como practicante pero sí como coleccionista. 

Recordé que en el mercado de segunda mano de referencia en mi ciudad, hay puestos en los que venden fotografías antiguas, sacadas de casas «vaciadas» por la muerte de sus propietarios y sin que haya nadie que se quiera quedar con sus pertenencias. Fotos de bodas, bautizos, comuniones, reuniones familiares, vacaciones...fotos olvidadas que acaban en una bandejita a 0,50€ la foto (carísimo me parece). Rebusqué en muchas bandejitas buscando personas mirando por ventanas o balcones, pero parece que los actos introspectivos no son dignos de ser fotografiados y no encontré nada que se pareciera a lo que buscaba. En todo caso, sí vi una foto que captó mi atención en la que se veían ventanas:





La foto capta un instante sin más pretensión, ni siquiera artística diría. Me recordó mucho a una peli que vi hace algún tiempo en la que no pasa absolutamente nada, filmada en la calle en la antigua Unión Soviética:

https://m.filmaffinity.com/es/film176303.html


A partir de la foto, se me metió en la cabeza descubrir la ciudad en la que se había tomado. En la parte de atrás de la foto no había nada que indicara procedencia, solo la marca del papel fotográfico:




Regton, Regtor, Degtor, Degton... no he encontrado nada.


MODEHAUS, se puede leer en un comercio a la derecha, tienda de modas en alemán, imposible de localizar con solo ese dato (¿qué les hubiera costado poner, por ejemplo, MÜLLER MODEHAUS?, hubiese tenido más posibilidades). Imposible ver las matrículas de los coches y la moto en primer término, pero sí, he localizado el modelo del curioso coche monoplaza que se ve sobresaliendo de la parte de atrás del coche en primer plano:




Es un Bmw Iso Isetta comercializados a partir de 1959 hasta 1963, con lo cual ya podía situar cronológicamente la foto:



Estuve varios días intentando situar algunos elementos de la foto. Hay un señor que lleva colgada lo que parece una cámara fotográfica, lo cual me pareció de lo más intrigante; como si fuera el verdadero protagonista de ese instante, como si la persona que hizo la foto quisiera fotografiar al fotógrafo que cruza, sin ninguna precaución (no parece haber paso de zebra)  en medio de un tráfico que tampoco parece controlado por semáforos (de hecho, el pequeño monoplaza va directo hacia él).



Hay una fuente a la izquierda, con chorros de agua que salen de lo que parecen leones:


He buscado por la Red, incluso utilizando alemán. A veces, cuando miraba lo que tenía que mirar e intentar que se me quedara en la cabeza para superar «la competición», no me podía concentrar y volvía a mirar la foto por si se me había pasado algún detalla, pero el día clave de «la competición» se acercaba y le pedí a la persona que ha escogido vivir conmigo que escondiese la foto. 

«La competición» ha acabado con buen resultado para mis intereses y ahora me doy cuenta que la foto me ayudó bastante para comprender que pasara lo que pasara siempre me quedaran estas tonterías, que, sin ánimo de demasiado, comparto con los que me lean. Sigo sin saber dónde se hizo la foto, aunque seguiré investigando (animo a los que me leen a hacerlo). 

Durante la investigación me he dado cuenta, o me he querido dar cuenta, que en una de las ventanas, lo que parece una sombra, puede ser una de mis personas que miran instantes de vida.